viernes, 29 de octubre de 2010
Niño egipcio de 11 años se convirtió en técnico informático de Microsoft
Egipto (EFE). El pequeño Mahmud Wael, un egipcio de 11 años y aspecto frágil, se ha convertido en técnico de Microsoft gracias a su capacidad para resolver complejos cálculos en cuestión de segundos y moverse sin problemas por las redes informáticas.
“Mi padre descubrió mi habilidad a los tres años, cuando resolví una multiplicación de mi hermana”, cuenta Wael, un niño tímido que responde sentado en un sofá del humilde apartamento en el que vive con su familia.
Tras ese hallazgo, un examen determinó que su coeficiente intelectual es de 155, una puntuación “muy alta” que, según Wael, lo convierte “en el chico más inteligente del mundo”.
Wael, bautizado por sus vecinos como “abqarino” (genio, en árabe), se matriculó a los 9 años en la prestigiosa Universidad Americana de la capital egipcia y actualmente asiste a un grado de informática en la de El Cairo.
ORGULLO FAMILIAR
Para su padre, Wael Mahmud, que muestra orgulloso una abultada carpeta llena de recortes de periódicos sobre su hijo, el pequeño es “un niño, un ingeniero informático y un regalo de Alá”.
“Quizás termine trabajando para Microsoft”, pronostica Wael que, aunque habla con fluidez árabe e inglés y estudia francés, está más interesado “en conocer los lenguajes informáticos”.
“Mi padre descubrió mi habilidad a los tres años, cuando resolví una multiplicación de mi hermana”, cuenta Wael, un niño tímido que responde sentado en un sofá del humilde apartamento en el que vive con su familia.
Tras ese hallazgo, un examen determinó que su coeficiente intelectual es de 155, una puntuación “muy alta” que, según Wael, lo convierte “en el chico más inteligente del mundo”.
Wael, bautizado por sus vecinos como “abqarino” (genio, en árabe), se matriculó a los 9 años en la prestigiosa Universidad Americana de la capital egipcia y actualmente asiste a un grado de informática en la de El Cairo.
ORGULLO FAMILIAR
Para su padre, Wael Mahmud, que muestra orgulloso una abultada carpeta llena de recortes de periódicos sobre su hijo, el pequeño es “un niño, un ingeniero informático y un regalo de Alá”.
“Quizás termine trabajando para Microsoft”, pronostica Wael que, aunque habla con fluidez árabe e inglés y estudia francés, está más interesado “en conocer los lenguajes informáticos”.
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